domingo, 5 de octubre de 2014

El París de los años 20 bajo la mirada de Hemingway.


En casi todos los libros que me he leído en estos dos últimos meses, París ha sido su ciudad estrella. Tal vez fuera yo, inconscientemente, la que los elegía atraída por esta ciudad, pues es cierto que me fascina. Una ciudad donde se respira el mundo de la bohemia, llena de belleza, de historias de amor...Así podría resumirse su encanto. En ella confluyen, además, muchos artistas y personajes relevantes de la historia. Por poner ejemplos que he tratado aquí: Chopin, George Sand, Balzac, Victor Hugo, Manet y los impresionistas... y ya en el siglo XX, Irène Némirovsky, que deja constancia de sus años parisinos en Los perros y los lobos y Suite francesa.

Perteneciente a esta subcategoría de "libros parisinos" se encuentra el protagonista de hoy: París era una fiesta, de Ernest Hemingway (Illinois, 1899- Idaho, 1961). Su interés no radica en ser una novela de ficción ambientada en esta ciudad, que no es el caso, sino en ser un relato autobiográfico sobre la época de Hemingway en París, engrosando así la lista de celebridades que pasaron por ella. Esto la convierte en una joya en varios aspectos: el literario, por descontado y como fuente riquísima de conocimiento. A través de éste libro conocemos, además de sus experiencias personales, cuestiones acerca del trabajo de un -todavía- joven y pobre -"pero feliz"- escritor y casi lo más interesante: su relación con otros importantes literatos. 

Otro de los grandes atractivos de este libro es la época que retrata: los felices años 20 (1921 a 1926). Hemingway se mudó allí con su recién casada esposa, Hadley Richardson y trabajaba como corresponsal extranjero. Allí conoce a la flor y nata de los escritores expatriados del momento. Él era joven todavía y su estilo aún estaba configurándose, por lo que su relación con ellos influiría decisivamente en su vida y en su obra. Gertrude Stein durante una conversación con Hemingway recogida en el libro, bautizó a su generación de escritores norteamericanos, "la generación perdida". A ella pertenecían los escritores que habían participado en la Gran Guerra y vivieron en París u otras ciudades europeas desde entonces hasta el Crack del 29. Estos eran: John Dos Passos, Ezra Pound, John Steinbeck, Scott Fitzgerald, Hemingway, William Faulkner...

El libro es muy ameno. Tiene un estilo depuradísimo, minimalista a la par que elocuente, dejando que el lector se imagine lo que no se dice. Está compuesto por capítulos independientes a modo de relatos. En cuanto a su relación con otros escritores, trata a Evan Shipman, a James Joyce- a penas intercambian dos frases en el libro-, a Ernest Walsh...Habla de su amistad con el poeta Ezra Pound, al que consideraba como un santo porque ayudaba a todo artista que estuvieran en apuros económicos haciendo colectas o montando una a asociación benéfica si hacía falta. Dos de las grandes amistades que más ocupan en París era una fiesta son las de Gertrude Stein y Scott Fitzgerald.


Gertrude Stein (1874-1946), a quien yo conocía sobre todo por ser modelo de Picasso y mecenas de varios pintores importantes, tuvo mucha importancia en el ambiente artístico y literario de París de los años 20. Hemingway acudía a su salón repleto de cuadros a charlar con ella sobre sus obras o sobre otros escritores. Era una persona singularísima, con una fuerte personalidad y sentencias demoledoras, por lo que Hemingway escribió que a veces decía "la mar de disparates". "En los tres o cuatro años en que fuimos buenos amigos no logro recordar que Gertrude Stein hablara bien de ningún escritor a no ser que hubiera escrito algo en beneficio de su carrera (...)." (1)

Retratos de Gertrude Stein, de izquierda a derecha: FranciscoPicasso, 1906; Francis Picabia, 1906; Francisco Riba-Rovira, 1945.


Conoció a Scott (1896-1940) cuando acababa de publicar El gran Gatsby e iba a ser adaptada al cine. Fue uno de sus mejores amigos, aunque pasó por años duros en los que estaba bebido noche y día por culpa de su relación imposible con su mujer Zelda. Ella estaba celosa de su trabajo y le arrastraba a los bares, por lo que tenía un grave obstáculo para seguir una disciplina. "La cosa se prolongó durante años, pero durante años también, no tuve ningún amigo tan leal como Scott cuando no estaba borracho." Después se descubrió que padecía de locura, se separaron y volvió la calma. (2)

Con Ford Madox Ford hay un capítulo muy simpático en el que se encuentran en una cafetería donde Hemingway solía escribir, La Closerie des Lilas. Le retrata como un escritor mayor pintoresco y algo chiflado de forma cómica. Ford estaba convencido de haber negado el saludo a un escritor que pasaba por ahí y se jactaba de ello:
"- Explíqueme qué razones hay para retirarle el saludo a alguien- pedí-. (...)
- Un caballero- explicó Ford- le negará siempre el saludo a un rufián. (...)
- ¿Se lo negará a un villano?- pregunté-.
- Es inconcebible que un caballero tenga relación con un villano." (3)

Gauguin, Montagne Sainte- Victoire, 1904-6.

Por último, es muy interesante las revelaciones que hace sobre su joven aprendizaje de escritor. De la pintura de Cezanne aprendió a encerrar todas las dimensiones de la realidad. Cuando no sabía cómo arrancar a escribir se decía: "No te preocupes. Hasta ahora has escrito y seguirás escribiendo. Lo único que tienes que hacer es escribir una frase verídica. Escribe una frase tan verídica como sepas." (4) Su estilo lo define al explicar que sus dificultades para escribir una novela se debían a que "había aspirado a meter en un solo párrafo el destilado de todo lo que sale en una novela." Por último, así describe uno de sus hábitos de escritor: "Por entonces ya me había adiestrado a no secar nunca el pozo de lo que escribo, y a pararme siempre cuando todavía queda algo en lo hondo del pozo, y a dejar que por la noche lo volvieran a llenar las fuentes de que se nutre." (5)

El libro fue escrito tras haber vuelto con su cuarta esposa al Hotel Ritz de París en 1956. "Aquí, repentina e inexplicablemente, el personal del hotel recordó que treinta años antes había dejado en depósito en el hotel dos cajas de documentos; y así Hemingway se encontró revisando durante quince días docenas de libretas escritas a lápiz con los apuntes sobre París que más tarde se convertirían en París era una fiesta." (6) Este libro lo escribió como obra póstuma antes de suicidarse en su casa. De ahí, el carácter melancólico y de ponderación de lo que había sido su vida cuando no se había dejado corromper; "cuando era muy pobre y muy feliz." 


Curiosidad: La película Midnight in Paris de Woody Allen, recrea este ambiente bohemio con los escritores citados. 

Notas
(1) HEMINGWAY, Ernest, París era una fiesta, Editorial Seix Barral, Barcelona, 1979, pág. 34.
(2) Op. cit. pág. 181.
(3) Op. cit. pág. 85.
(4) Op. cit. pág. 20.
(5) Op. cit. pág. 32.
(6) PIVANO Fernanda, Hemingway, Barcelona, Tusquets Editores S.A., pp. 266.
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/torres_carlos/ernest_hemingway.htm#_ftn2

4 comentarios:

  1. Hola Miriam, de nuevo una interesante entrada. En efecto, en Midnight Paris salen algunos de estos personajes. Un placer leerte.

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  2. Un abrazo, Consuelo. Eres la lectora numero 1 siempre jeje :)

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