lunes, 13 de junio de 2016

De la vida hogareña: la vida y el amor de los objetos.

Una de mis primeras polaroids, 2016.
"Para el hombre, como para el pájaro, el mundo ofrece muchos sitios donde posarse, pero nidos, solamente uno: su hogar." Oliver Wendell Holmes

Qué mejor música para este post que la delicadísima Allemande de la Suite francesa n. 4 de J.S.Bach.
Cargada de nostalgia, 
de vulnerabilidad humana que tiende a la espiritualidad desde un hondo amor a la tierra, nuestra tierra: el hogar.

No sé por qué me atraen tanto los pequeños detalles, los objetos inanimados que llenan de vida los rincones de los hogares. Bien por su belleza formal, para deleite de los sentidos; bien por la belleza que le da el uso, su adecuado y silencioso servicio en el entramado de sus vidas. Todos ellos hablan del alma de sus dueños. Testigos de su intimidad, de sus secretos, de risas y llantos, de cada mota de polvo que cae lentamente sobre su superficie, reflejan sin juzgarles, como un espejo, su vida interior, su delicadeza o rudeza.

Y, cuando se quedan a solas, como soldados a la espera, su serena armonía se hace más patente, protagonistas por unos instantes de la mirada atenta del voyeur, quien percibe la delicada transición del ser-útil al ser-bello. El tiempo se detiene y él contempla el cuadro; la suave luz del invierno o el fulgor de un atardecer acariciando su costado, produciendo sombras. Las huellas del tiempo sobre esos objetos animados, como las arrugas en la frente de un anciano, los embellecen. Belleza que tiene que ver más con el amor sabio y discreto del que permanece junto al ser amado en las buenas y en las malas. Belleza añeja, pero siempre nueva; la del amor a los pequeños detalles.

(Para ver las fotos en detalle, hacer click sobre ellas)

Amanece en la urbe


Media mañana en el campo


Mediodía. Preparativos de las doce y media


Media tarde. Naturaleza muerta en descomposición


Al caer la tarde


A la luz de la lámpara



Nota
Todas las fotografías son propias. Todos los derechos quedan reservados.

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8 comentarios:

  1. Muy bonitas las fotos, Miriam! Las que más me gustan sobre todo son las de la serie Al caer la Tarde. Great job!!

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  2. Muy buenas! La primera me recuerda a una pintura, tipo Antonio López...
    Un saludo.

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    1. Hola, Nuria! Te refieres a la polaroid? Qué halago! jeje. Un abrazo y encantada de que te pases por aquí! ;)

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    2. Síii. Puede parecer raro, ja, ja. Pero al no ser tan nítida, tiene un aire pictórico curioso.
      Buen verano. Besos.

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    3. Hola, Miriam. He caido de casualidad en tu blog. De un golpe he visto todos mis referentes culturales: Tatiana Nikolayeve, Tarkovsky, Bach, Glass, Wagner.... . Y todo esto en una persona joven, como aparentemente eres, me parece admiriable.

      Por cierto, supongo que conoceras la pelicula Solaris, de Tarkovsky. Esta pelicula tiene la culpa de mi redescubrimiento de Bach.

      Seguire de vez en cuando tu blog. Un muy cordial saludo,

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    4. Buenas! Encantada de coincidir en estos gustos tan universales pero a la vez tan ocultos a la mayoría. Las casualidades siempre traen algo bueno! ¿Con quién tengo el gusto? Algo de juventud me queda, sí... jeje, aunque, a veces, mi forma de pensar me parece algo "viejuna", jaja. Un abrazo y encantadísima. :)

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    5. Ah y sí, Solaris la he visto, aunque soy más de Stalker! ^^

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  3. Hola, Miriam, disculpa mi anonimo, no es a proposito, sino pereza para darme de alta en los sitios. Soy un vallisoletano expatriado de 55 años. Saludos. Juan Carlos

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