miércoles, 3 de diciembre de 2014

Los genios y su ¿locura?

Estas últimas semanas, un poco desaparecida de combate tras mis primeros relatos, leía de cuando en cuando un libro muy ilustrativo acerca de los genios. Un estudio que compila y revisa otros muchos sobre la personalidad y psique de estos seres extraordinarios: El genio y la locura, de Philippe Brenot. Tanto para quienes quieran conocer los fundamentos de la genialidad, como para los propios artistas y creadores, su lectura les aportará muchas luces.


Beethoven, Joseph Daniel, 1823 y Autorretrato de Goya, 1773. Dos grandísimos genios de fuerte carácter reflejado en sus obras. 
Ya desde la Antigüedad, Aristóteles había observado con acierto que los hombre geniales eran con frecuencia melancólicos. Tanto la asignación de una paternidad a su inspiración- divina, profana, demoníaca...- como su consideración social han ido cambiando a lo largo de los siglos. En la actualidad, con los crecientes estudios de psiquiatría y psicoanálisis, ha sido posible estudiar de forma científica la posible interrelación entre el genio y la locura. El concepto de locura se ha ido matizando distinguiéndose ahora otras afecciones como la depresión, neurosis, psicosis, bipolaridad, etc. Hasta entonces, en el siglo XIX, se encerraban en manicomios a todos aquellos que transgredieran el orden social, considerados un "peligro"- político, principalmente-. Fue el caso de muchísimos artistas en fases agudas de desequilibrio pero también de los "artistas degenerados" en la época nazi que, aunque no los encerraron, fueron rechazados por su inconveniencia política.

Es central en la investigación la constatación de que en la mayoría de los genios analizados- no sólo artistas sino filósofos y científicos- existe una psicopatía denominada actualmente ciclotimia o trastorno de bipolaridad -aunque su afección no implique ser genio-. Esta particularidad, que alterna períodos de depresión y de exaltación- "manía"-, constituye su gran fuente de energía en los momentos de exaltación. Se ha comprobado que los períodos de fuertes depresiones que muchos de ellos han sufrido, han cristalizado en obras o hallazgos geniales en la exaltación que les suceden, como el Mesías de Haendel, compuesto en 1731 tras superar una depresión. Gérard de Nerval explica así estos momentos: "En ocasiones notaba mi fuerza y mi actividad redobladas: me parecía saberlo todo, comprenderlo todo; la imaginación me ofrecía deleites infinitos." (1)      
                          
Uno de los números del Mesías que más me ha impactado y realmente emocionado por su fuerza y significado. Me falta espacio para escribir sobre ella, pero Haendel aquí tocó el cielo. Acorde al tiempo de Adviento.  

Sucede algo así como una catarsis gracias a la obra, que a su vez es catalizada mediante la depresión en su punto álgido. Pero cuando no se canaliza mediante la creación o la depresión es tan fuerte que inhibe todo intento, se llega entonces a la locura. Genio y locura, por tanto, son dos caras de una misma estructura psíquica que conviven en un difícil equilibrio: la locura influye en el genio y el genio la atenúa. Una prueba de ello es que muchos, tras haber superado para siempre una crisis, perdieron con ella el sello personalísimo de sus obras que las hacían geniales, como E. Munch y Giorgio de Chirico. Sin embargo, cuando los cambios son muy bruscos se traspasa la frontera de la razón y la libertad y desbocados por su locura, muchos se arrojaron a los brazos del suicidio maldito (2). Por ello se ha planteado la conveniencia de su "curación" y parece que lo sea únicamente en el caso de que peligren sus vidas o pidan ayuda, procurando preservar siempre su creatividad (3).

Aquí puede observarse ese cambio en Giorgio De Chirico: su obra conocida es la perteneciente a la "pintura metafísica" muy melancólica y de epacios solitarios y extratemporales (1ª obra: Misterio y melancolía de una calle). La 2ª, de sus últimos años: El caballo se ha ido
Parece ser necesaria la asociación de tres condiciones para el desarrollo del genio: "un factor energético al que se es propenso, las aptitudes particulares de un ambiente cultural fértil y el azar de los acontecimientos de la vida de la presencia o ausencia del medio paterno" (4). Es muy curioso que en la literatura la ausencia del padre (por muerte natural, desaparición o por rechazo) es una constante para la eclosión del genio y se corrobora con la multitud de seudónimos en este campo- un tipo de "asesinato" sutil-, a penas inexistentes en la música o las artes plásticas. En la misma línea, el apoyo de la madre los catapulta al éxito: "Si eres un Dios para tu madre, eres un Dios para el mundo.", Jean-Marc Alby (5). En el lado opuesto, deja heridas profundas, como le ocurrió a Camille Claudel, cuya madre no le reconocía como hija y terminó en el manicomio.

Fatasiestücke de Schumann (1837) interpretada por Jaqueline Du Pré. Es una obra melancólica de un compositor cuya obra frenética iba al compás de terribles depresiones y contrastes que acabó con su locura y suicidio. Jaqueline también fue desdichada y vierte en la interpretación su melancolía catártica.

Aunque podríamos seguir diciendo muchas peculiaridades fascinantes de estos seres excepcionales, voy a terminar con un detalle que me llamó la atención, casi al final del libro. Dice así: "El genio es, en general un hombre. A parte de algunos nombres que afloran a los labios de todos(...), los seres fuera de lo común raramente son mujeres." Me llegó al alma esta aseveración, si bien es cierto que la matiza con otros estudios que critican este hecho histórico y cuya superación aquí defiendo: "el colonialismo masculino que reivindica exclusivamente para él la flor preciosa de la creatividad, limitando a la mujer, en el mejor de los casos, a ser su musa muda o maternalmente atenta...". 

¿No hablábamos hace unas semanas sobre Alma Mahler y su creatividad ahogada? Fue voluntaria, pero dolorosa. Asimismo, el sexo masculino, siempre predilecto de las madres y favorecedor de su desarrollo, ha eclipsado el de las hermanas. Algunas de las composiciones de Fanny Mendelsson fueron originariamente publicadas bajo el nombre de su hermano, Félix Mendelsson. ¿Y recuerdan el caso de George Sand y su seudónimo masculino? Pues hay un hallazgo muy reciente que les va a maravillar: estudiando la caligrafía de las partituras de J.S. Bach se ha comprobado que la fuerza del trazo de algunas zonas indican no ser una mera transcripción de Anna Magdalena Bach, ¡sino su composición! Con la democratización actual y nuestra tenacidad, la lista de "genias" se engrosará porque saldrán a la luz.
La familia Bach. (Johan Sebastian, Anna Magdalena e hijos: familia de compositores interminable :) ).

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Notas
(1) En su libro Amelia citado en BRENOT, Philippe, El genio y la locura, editorial Sine Quanon. Barcelona, 1998, pág. 148.
(2) Es importante esta apreciación, porque lo que se pensaba que era un acto libérrimo, la muerte romántica, es una suma de la historia personal, posición filosófica pero sobre todo: un componente biológico fuerte en el que, sobrepasado cierto límite, la atracción del suicidio parece irresistible.
(3) Hay varios niveles de curación: conductual mediante terapias, psicoterapias y psicoanálisis o de manera química (antidepresivos, etc.).
(4) Op. cit., pág. 232.
(5) Op. cit., pág. 106.

8 comentarios:

  1. Muy interesante ! Me ha gustado mucho :) !!!

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  2. Interesantísmo y sugestivo tema. Me da que pensar en el existencialismo: en su afirmación o en su negación, quizás sea la filosofía del verdadero artista, ya sea que supere el tema medular del suicidio o no...

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    1. Buenas, Ezequiel. Pues sí, debido a su angustia, porque son personas que han sufrido bastante, es normal que se planteen una visión existencialista, al margen incluso de ser creyentes o no. Un placer!

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  3. Estos genios/locos nos hacen disfrutar con sus obras y a menúdo con sus biografías. Pero ellos suelen ser muy desdichados, Entrar en muchas "profundidades" puede llevarte al abismo. ¿Compensa? Cada uno tiene su respuesta, si es que tiene la posibilidad de escogerla. Luis Manteiga Pousa

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    1. Me matizo. Estos genios/locos tuvieron mucho de desdichados, la mayoría, pero también vivieron la otra cara de la moneda, vivieron con gran intensidad, para lo bueno y para lo malo, para el placer y para el dolor, tienen esa ambivalencia extrema, más extrema que la habitual en la mayoría de la gente. Por lo tanto, sus vidas, en cierta parte, son envidiables.

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  4. Luis Manteiga Pousa16 de enero de 2023, 21:47

    Me parece que ser un genio puede dar miedo.

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  5. Luis Manteiga Pousa22 de febrero de 2023, 16:13

    Ser un genio te hace ver más allá de lo que se ve a simple vista, hace que tu cabeza de vueltas incluso aunque no quieras, planteandote cuestiones que la mayoría de la gente no se plantea, que le des vueltas y vueltas a las cosas rompiendo los estereotipos. Desde luego, te quita tranquilidad y te hace vivir en la incertidumbre y en la búsqueda contínua. Y eso puede dar miedo. Ya se dice que la genialidad y la locura pueden estar muy cerca y ese es otro de los posibles miedos, a enloquecer. Profundizar demasiado te puede llevar al abismo mental y, a menudo, para no llegar a ninguna parte satisfactoria. Por otra parte, la genialidad también puede ser apasionante, entrar en territorios desconocidos y conseguir grandes logros. Puede tener esa ambivalencia, como de algún modo las drogas.

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