viernes, 13 de junio de 2014

Eyes Wide Shut, Stanley Kubrick.


Eyes Wide Shut (Ojos herméticamente cerrados) fue la última película del cineasta Stanley Kubrick. Protagonizada por Nicole Kidman y Tom Cruise y estrenada en 1999, Kubrick no pudo verla terminada, pues murió pocos días antes de acabar el montaje, hecho que ha dado mucho qué decir (1). Fue su última película, pero la primera suya que he visto y, paradojas de la vida, Eyes Wide Shut me "abrió los ojos" a un genio. Un genio y visionario del cine cuyas películas están meticulosamente estudiadas, no sólo en aspectos técnicos como la iluminación, fotografía, encuadres simétricos, elección del colorido simbólico…sino también en su contenido, en tan íntima relación con su continente. Así se revela esta obra póstuma, cuya riqueza simbólica se presta siempre a nuevas relecturas.

Y es que Kubrick, director sobre quien tengo todavía mucho que aprender, es un artista total, como lo fuera Miguel Ángel o Leonardo da Vinci. Eyes Wide Shut es una película compleja y controvertida en la que el tema aparente es un matrimonio en crisis. Pero éste solo se escoge, como lo hacían los pintores al elegir escenas mitológicas para representar desnudos, como pretexto para indagar en otros mucho más retorcidos y encriptados cuyos detalles sólo se descubren con los ojos bien abiertos.  

¿Ojos herméticamente cerrados por qué? Podríamos hacerle muchas preguntas a Kubrick sobre qué quería decirnos. Pero mientras esperamos a que llegue ese momento, otros ya se han molestado en deducirlo con análisis exhaustivos (2). Parece que Kubrick no quería hablar muy claro, tal vez porque sentía la amenaza inminente por revelar las prácticas de los Illuminati y sociedades secretas de las altas esferas de la sociedad. Es como si quisiera advertirnos de este peligro y, peor aún, de su desconocida constante y callada actividad. La gente común, ajena a ellas, tiene sus ojos cerrados a estas sociedades, que les dominan y controlan.

Independientemente de esta temática, tan morbosa, su deslumbrante estética es lo que más me atrajo, una estética simbolista. La ambientación de la película es asombrosamente onírica: con una luz tamizada crea una bruma a través de la cual se entreven los personajes, y mezclada con miríadas de lucecitas brillantes dan la sensación de estar en un tiovivo, en un lugar irreal.


Otro tipo de iluminación es la multicolor de los árboles navideños, cuya presencia, como un leit motiv en innumerables escenas me llamó muchísimo la atención. Únicamente no aparecen en dos escenas: en la fiesta secreta del ritual satánico (?) y cuando Bill (Tom Cruise) vuelve de su viaje onírico a su casa, cuyo árbol tiene ahora las luces apagadas. Además de sugerir el estado de ensoñación y tentación imposible, Kubrick quería así diferenciar dos mundos: el de las luces multicolor es el de las personas corrientes, con los ojos cerrados y el sobrio, el “real”, perteneciente a las altas esferas, donde se mueven los hilos del mundo.





Por último, la música, tan bien entrelazada con la temática y que tiene tanto protagonismo en todas las películas de Kubrick. Les dejo con el Waltz n. 2, que aparece al principio en escenas de aparente alegría. Muestra un ambiente de fiesta y de desenfreno ciego de las pasiones intercalado con fragmentos de siniestra elegancia, como desenmascarando la cara oculta de tanta hipócrita opulencia. 


(1) http://contraperiodismomatrix.com/eyes-wide-shut-illuminati-ojos-bien-cerrados-a-lucifer-2/ Según parece, Nicole dijo que Kubrick había avisado de que le iban a envenenar.

1 comentario:

  1. ¡Magnífica entrada e insuperable película! También a mi me deslumbró hace años cuando la vi. Nunca Nicole Kidman estuvo tan bella y a la vez cercana. Efectivamente la belleza estética de esta película es impresionante y no puede dejar de impactar a ninguna persona sensible. Miriam,gracias por tu blog, tienes muchas cosas que contarnos.

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